1.- Tres semanas después del 20D la ciudadanía, lejos de haberse desmovilizado, parece por el contrario haber incrementado su grado de interés por la situación política. De celebrarse ahora nuevas elecciones la participación declarada sería claramente más elevada.
2.- Dos de cada tres españoles se declaran satisfechos con el resultado de estas elecciones: pedían el fin del bipartidismo y eso es lo que se ha producido.
3.- En estos días transcurridos, el español medio dista mucho de experimentar la sensación de que el mayor pluralismo parlamentario equivalga necesariamente a ingobernabilidad. Prueba de ello es que de celebrarse ahora unas nuevas elecciones el resultado que los datos permiten estimar como más probable refuerza, en vez de debilitar, el actual cuatripartidismo, con matices significativos: se produciría el sorpasso de Podemos al PSOE y Ciudadanos vería premiados sus esfuerzos negociadores.
4.- Hoy por hoy, el PP seguiría siendo la primera fuerza electoral con un 29.0% de los votos: es decir, un resultado prácticamente idéntico al del 20D (28.7%); el PSOE, por su parte, —que podría estar siendo penalizado en alguna medida por su electorado por su posición frente a posibles pactos postelectorales— podría perder casi un punto, quedando en el 21.1% (frente al 22.0% obtenido).
5.- Podemos (incluyendo a las formaciones con las que ha concurrido en coalición) experimentaría una subida de casi dos puntos, lo que podría situarle como segunda fuerza, adelantando así (en número de votos pero no necesariamente en escaños) al PSOE.
6.- En cuanto a Ciudadanos, el clima político de estos últimos días parece haberle reforzado de forma apreciable, quizá como reconocimiento a su capacidad negociadora, algo que —según los datos del sondeo— la ciudadanía valora de forma especial. Del 13.9% obtenido el 20D pasaría al 16.6%: 2.7 puntos más, siendo la fuerza que lograría una subida mayor, en contra de lo que —sin mayor fundamento— se ha podido especular en estos días postelectorales.
7.- Estos resultados, por otra parte, se corresponden claramente con las leves, pero significativas, variaciones en cuanto a fidelidad de voto que han podido producirse a lo largo de estos días últimos. En estos momentos, el PSOE y Podemos son los partidos que registran, respectivamente, una clara menor y mayor fidelidad de voto: el 79% de recientes votantes socialistas dice ahora que le volvería a dar su voto y, en cambio, entre los votantes de Podemos este porcentaje sube hasta el 92%.
8.- Albert Rivera, al igual que durante todo el período preelectoral, sigue siendo el único de los líderes de los cuatro partidos principales que tiene un saldo evaluativo positivo (+12) entre la ciudadanía.
9.- La ciudadanía muestra un muy elevado grado de confianza en las fuerzas a las que ha apoyado: un 70% (porcentaje que se registra de forma homogéneamente en todos los electorados) dice estar dispuesto a aceptar el acuerdo, coalición o pacto postelectoral que decida el partido por el que ha votado.